Viernes 30 de octubre de 2015

Nada de calabazas, monstruos ni cosas por el estilo. Los habitantes de Quebrada y Puna, en Jujuy, Argentina, honran a sus muertos de una manera distinta y original.
Para celebrar a los muertos de una manera distinta y más acorde a sus tradiciones, en la localidad de Quebrada y Puna, de Jujuy, Argentina, los ciudadanos crearon el Día de las Almas, un festejo que se realiza los días 1 y 2 de noviembre.
El 1 de noviembre, las familias elaboran ofrendas en honor a sus fallecidos más queridos. En todas las casas se hornean figurillas amasadas como angelitos, escaleras (para que el alma baje a comer y suba nuevamente al cielo), palomas, corazones y cruces. Y también se crean objetos u formas que representen lo que el muerto amó en su vida como un perro o tal vez una guitarra.
Las ofrendas se colocan en una mesa cubierta con un paño negro, junto con un recipiente con agua bendita, una vela encendida, un crucifijo, flores y las comidas y bebidas que prefería la persona fallecida para invitar a cenar al alma. ¿Por qué este convite? Porque si se trata de alguien que murió recientemente, se piensa que el alma todavía no ha llegado al cielo ya que está purificando sus culpas.
El 2 de noviembre, en cambio, es el día en que las almas de los muertos visitan sus casas y la gente se prepara para agasajarlas de la mejor manera posible. Por la mañana se visita el cementerio, se realiza una misa allí y se colocan en las cruces de las tumbas, coronas de flores multicolores hechas de papel. Las familias de difuntos recientes barren la casa y levantan las flores para llevarlas también al cementerio y dejarlas allí. De regreso al hogar se levanta la mesa y reparten las ofrendas entre familiares y amigos de la casa. La celebración continúa hasta el anochecer.