Miércoles 8 de mayo de 2019

Están listas y dispuestas para ir a estudiar.
Es insólito pero también conmueve. En Crets en Belledone, un pequeño poblado francés al pie de los Alpes, se iba a cerrar una clase por la falta de niños de entre 6 y 8 años, sin embargo, una medida impensada lo evitó: inscribieron simbólicamente a 15 ovejas.
La situación fue surreal: la mañana del martes, un granjero local entró a la escuela con alrededor de 50 ovejas y su perro para, finalmente, inscribir a 15 de ellas -con sus partidas de nacimiento- frente a los alumnos, apoderados y profesores.
Entre los nombres de los nuevos estudiantes están Saute-Mouton (salta carnero), Baaaaah-Beast y Panurge (aborregarse).
En conversación con AFP, Gaëlle Laval, miembro de una asociación de padres y una de las organizadoras de la iniciativa, sostuvo que "con esto, no debería tener lugar el cierre". Además, reconoció "haber jugado con el humor para movilizar a la gente" y evitar así un "desastre".
"Aquí hay niños en dificultades, pero a la educación nacional no le preocupan los argumentos sobre el terreno, sino solamente las cifras", agregó Laval.